viernes, 28 de octubre de 2011

¿El futuro de Ginga en TV Digital sigue incierto?

Ginga surgió como una promesa para la TV Digital, con grandes expectativas para Latinoamérica, con un potencial tan grande y una plataforma tan bien estructurada desde el punto de vista tecnológico que la ITU lo consideró como estándar de interactividad en la televisión. Llevó años de desarrollo en dos importantes universidades de Brasil, el país más extenso de nuestro continente, con un mercado potencialmente enorme. A esto cabe sumar el apoyo del gobierno brasileño y el apoyo del gobierno japonés, de donde provino la versión inicial de ISDB-T que sirvió como base para el desarrollo futuro del estándar sudamericano.

Con estos antecedentes podría imaginarse que Ginga debía haberse impuesto con relativa facilidad en la industria de la televisión. Sin embargo, durante los dos últimos años se ha observado que esta tecnología no termina de despegar. De hecho, se ha encontrado con múltiples tropiezos como la resistencia de los mismos fabricantes brasileños a incluirla en sus productos y la pretenciosa comparación con sistemas comerciales atractivos como GoogleTV, AppleTV o Netflix.

Recientemente, Brasil ha decidido realizar una consulta pública para incluir Ginga en el PPB (Proceso Productivo Básico) para televisores LCD, lo que implica que los fabricantes se verían obligados a incluir Ginga en sus equipos para acogerse a los beneficios fiscales del gobierno. Esto suena un poco a imposición, y en lugar de abrir las puertas de par en par a esta tecnología, genera incertidumbre sobre su futuro, pues no es lo mismo ganarse una posición en libre competencia que obtener una victoria arreglada.

Bajo este panorama, no muy claro por cierto, se puede decir que Ginga pierde fuerza mientras Brasil va viendo cerrarse su ventana de oportunidad. Pero más allá de ponerse pesimista es importante analizar qué está sucediendo y por qué la situación actual se ha puesto sombría para Ginga. Cabe destacar los siguientes puntos:

1. Ginga no ha logrado pasar de su enfoque de investigación universitaria (casi experimental) a un enfoque más profesional, industrial y comercial. A propósito del Campus Party Quito, por cortesía de una amiga en tweeter tuve la oportunidad de ver un vídeo de la presentación que se realizó sobre TVDigital y Ginga en este evento. Más allá de la buena voluntad y entusiasmo de los presentadores, el asunto no pasó de convertirse en un proyecto de investigación universitaria novedoso, en un prototipo, con un par de demostraciones no muy llamativas y escasamente prácticas, como tratar de escribir un mensaje de tweeter con un control remoto infrarrojo.

2. Ginga no ofrece un modelo de negocios claro. Y bueno, es cierto que se trata de software libre, con enfoque social y con apoyo gubernamental. Pero al fin y al cabo quien fabrica televisores necesita tener un claro modelo de negocios que le permita no sólo obtener ganancias sino además competir, y en este punto los estímulos fiscales no son precisamente un gran incentivo. El enfoque social es importante, y clave, pero es solo una cara de la moneda. La otra cara es el enfoque "de negocios" que le permita competir y ganar una posición.

3. Escasa demanda. En parte puede ser justificada por el hecho de que Ginga es una tecnología relativamente nueva. Aun así no es el único factor, y por cierto no el determinante. Los otros factores se pueden encontrar en los otros puntos aquí mencionados.

4. Falta de aplicaciones y "gadgets" asociados. Ahora bien, esto es en cierto modo una consecuencia de los dos puntos anteriores. Al no existir muchos estímulos y baja demanda existe baja producción, lo que a su vez provoca que no exista competitividad y por tanto no existe mejora y los productos finales se vuelven poco interesantes y de escaso interés. Esto se vuelve un círculo vicioso.

5. Falta de apoyo empresarial. Esto es más complicado. La conclusión simple en este punto es que los empresarios brasileños y latinoamericanos en general no confían en Ginga, no ven un potencial que justifique su apoyo. Quizás esto es consecuencia del primer punto puesto que la imagen "de negocio" proyectada por Ginga es muy pobre como para atraer a las empresas a hacer inversiones importantes.

6. Apoyo gubernamental insuficiente. El hecho de que el gobierno brasileño prefiera realizar una "consulta" respecto al tema para garantizar beneficios fiscales a las empresas no dice mucho de su gran voluntad para apoyar Ginga. El apoyo más allá de cierto proteccionismo debería estar en la verdadera confianza, inversión y fortalecimiento de su competitividad.

7. Falta de difusión y promoción. Realmente la información sobre el tema es escasa, y la que existe es casi exclusivamente enfocada desde el punto de vista técnico. Por tanto el tema lo maneja casi en forma exclusiva gente "especializada". Pero para la gran mayoría del público y potenciales usuarios el tema es desconocido.

Entonces, Ginga ha surgido como un proyecto open source, con soporte de diferentes comunidades en varios países del continente. Sin embargo no existe una "punta de lanza" que encabece los proyectos y de una imagen de innovación, competitividad y solidez. Desafortunadamente, parece que hasta el momento el desarrollo se limita a la copia y reciclaje de aplicaciones creadas hace ya bastante rato. No se observa mucho respecto de la seguridad, certificados digitales y mecanismos PKI por ejemplo, siendo esto vital para el comercio electrónico y manejo de información privada.

Como conclusión, Ginga requiere que tanto las instituciones públicas como las empresas privadas confíen en forma real en su potencial. El potencial de herramienta de inclusión social debería ser tomado más en cuenta por los gobiernos, mientras que su capacidad para entrar al público casi sin limitaciones debería ser más valorado por las empresas privadas. Pero para que esto sea posible Ginga debe proyectar una imagen más profesional, más atractiva y con aplicaciones que demuestren hasta dónde puede llegar. Ginga en TV Digital es más que un juego, así que llegó la hora de hacerlo en serio.

viernes, 21 de octubre de 2011

¿Por qué utilizar software libre?

Es interesante observar que el tema de software libre, más allá de ser una simple novedad en la que unos cuantos geeks se veían involucrados, se va convirtiendo en un tema común de discusión, con partidarios y detractores, con pros y contras.

Y bueno, en este punto es importante entender lo que el software libre realmente es y lo que implica. Antes de nada es importante entender que LIBRE no significa GRATUITO. Este es un grave error de concepto que muchas empresas o instituciones mal asesoradas suelen cometer.


Es común encontrar "especialistas" ingenuos que consideran que al utilizar software libre se ahorrarán muchos dólares y que el sistema funcionará viento en popa sin más que hacer click, pero terminan metidos en un lío que no hace más que volver a la gente desconfiada y escéptica respecto del verdadero potencial del desarrollo open source.

La decisión de utilizar plataformas de software libre implica que se necesitarán profesionales capacitados a la altura del desafío, que la empresa o institución está dispuesta a invertir en horas de soporte, en horas de desarrollo, y finalmente y quizás más importante, que se ha considerado un presupuesto para capacitación de su personal, sobre todo aquel involucrado con el área de tecnología.

Entonces, tanto el software libre como el propietario demandan inversión financiera, tiempo y trabajo, que pueden llegar a compensarse y que, a final de cuentas, pueden ser equivalentes.

Surge entonces nuevamente la pregunta inicial: ¿Por qué utilizar software libre? ¿Por qué no simplemente instalar una plataforma llave en mano en la que un grupo de expertos, que incluso vienen desde fuera del país, dejan todo funcionando sin que hagamos casi ningún otro esfuerzo que la inversión financiera? La respuesta es simple, aunque tal vez no muy evidente: por sustentabilidad tecnológica.

La compra de software y tecnología a países localizados en regiones de mayor desarrollo es un paso lógico y necesario ¿Pero qué sucede cuando esa tecnología es una especie de "caja sellada", garantizada a funcionar siempre y cuando ninguno de nosotros le meta mano, y que quienes se atrevan a hacerlo deben tener una docena de certificaciones, formación específica y compromiso con la marca? Empezamos a convertirnos en consumidores dependientes, temerosos de cometer nuestros propios errores e incapaces de tomar decisiones importantes sobre este tema.

Ahora bien, si formamos parte de una región tecnológicamente avanzada, capaz de destinar importantes recursos a la compra de tecnología, pero así mismo, con capacidad de producir tecnología y generar conocimiento, entonces estamos en balance. Pero si por el contrario, y como es la triste realidad de nuestra región, invertimos recursos en tecnología pero tenemos economías que dependen fundamentealmente de la venta de recursos naturales y materias primas, con un valor agregado prácticamente nulo, entonces estamos en total desbalance y con un gran problema entre manos.

Muchos empresarios y políticos dirán "zapatero a tus zapatos". Vendamos petróleo, banano, camarón y no nos preocupemos por la tecnología, al fin y al cabo es más fácil adquirir lo que ya está listo ¿Pero entonces en qué nos estamos convirtiendo? Es en este punto donde cobra sentido la idea de sustentabilidad tecnológica.

Entones, hablar de software libre no es una simple cuestión de precios, es más bien una cuestión de filosofía. Zapatero a tus zapatos y seguimos convertidos en una "banana republic", o nos arriesgamos un poco más y desarrollamos nuestra propia infraestructura tecnológica. Evidentemente no vamos a inventar el agua tibia y arrancar desde cero, y es justamente aquí donde las plataformas "open source" nos abren una valiosa oportunidad. El software libre es completamente operativo, funcional, flexible y está listo para utilizarse. Pero demanda un mayor esfuerzo intelectual en cuanto a investigación, desarrollo, optimización, implementación y colaboración.

Muchos podrán pensar que este tiempo de esfuerzo es un desperdicio pues no nos permite "dedicarnos a lo nuestro". Sin embargo, el hecho de tener que investigar y desarrollar deja a cualquier sociedad un importante valor agregado: sienta las bases para el crecimiento tecnológico independiente!

Así, las empresas e instituciones tienen dos alternativas: Invertir millones adquiriendo software y tecnología en grandes empresas de países desarrollados, o invertir millones en la formación de profesionales capaces de cubrir y sobrepasar los requerimientos tecnológicos de la región.

Por lo tanto y como conclusión, la verdadera diferencia entre software libre y propietario no está en el valor de la inversión, sino en su destino.